lunes, 28 de abril de 2014

Nostalgia

Hoy me di el lujo de llorarte de manera extendida por primera vez
no sé si fue la música o fue el recuerdo, o quizá saberme un libro que te decepcionó
me sentí culpable por hacerlo, por dejarte salir de mí, líquido como la vida que fuiste
me sentí impotente por no poder retener aquello que, en medio de todo, me hacía feliz
pero también me sentí tonto, tan tonto por añorar algo que tú quieres olvidar.


Hoy me di el lujo de pensarte de manera extendida por octava vez
de recordar tu voz, tu risa, tus ojos y tu alma, o quizá recordar nuestras noches eternas
me sentí agradecido de ellas, que aunque se han ido, de muchas formas se han quedado
me sentí intranquilo por no entender que soy el único que quiere que no mueran
y también me sentí tonto, tan tonto por añorar algo que tu tiendes a olvidar.

Hoy me di el lujo de abrazarte de manera extendida por milésima vez
y aunque mis brazos solo avanzaban a colgarse del cuello de tu recuerdo, me hizo sonreír
me sentí nostálgico, lleno de sentimientos encontrados entre risas y llanto, y solo, muy solo
me sentí con miedo, ese de no volverte a ver, de no volverte a hablar, de perderme sin ti
y también me sentí tonto, tan tonto por añorar algo que quizá tú ya has olvidado.

Y en medio de esta nostalgia, no por el pasado, sino por el futuro alejados
me sentí tonto, tan tonto, porque eso precisamente fui.


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