domingo, 16 de marzo de 2014

Serás siempre

Serás siempre, aún si pareciera que no lo eres
aún si creyeras que ya no me sucedes como antes
a pesar del tiempo que podría convertirte en destiempo
siempre serás.

Serás siempre, aún si pareciera que ya no ocupas tu espacio
aún si creyeras que ya no hay más altar como antes
a pesar de la distancia que podría convertirte en lejanía
siempre serás.

Serás siempre, aún si pareciera que ya no eres mis noches
aún si creyeras que ya no me eres razón del alba como antes
a pesar del silencio que podría convertirte en cancion del pasado
siempre serás.

Jamás abandoné

Jamás abandoné - Laura Pausini

Sigo estando aquí, de nuevo un escenario y de nuevo yo
sigo estando aquí porque ahora tu camino va en mi dirección
en mi maleta solo queda ausencia, tu poesía me pidió volver
marcharme ha sido toda una experiencia y ya lo sé...

Yo jamás dejé de quererte a ti
yo jamás pude negarme a ti
jamás abandoné

He buscado la belleza y la encontrado al fondo, en la simplicidad
he buscado en mi pasado porque ahí dijeron que está la verdad
sé que en esencia predomina el bien, y en él confío como los demás
y en esta noche ahora te diré

Los que no creyeron

Tú, aún de mi ayer, queriendo ser hoy
Yo, aún de silencios queriendo ser mañana
Juntos, aún como ayer construyéndole hoy un mañana.

Ella, la ciudad de siempre, la de las montañas
Él, un cielo de Quito que nos amenaza de llanto
Ella, él, cómplices sin saberlo de un será que no muere.

Todos, despareciendo de a poco con cada "te quiero"
Eso, aquel sentimiento que aprendió a reavivar el fuego
Ellos, los que no creyeron, tú y yo incluidos, ahora conjugados.

Aún soy él, aún soy tú

Es el miedo, no la falta de ganas
es lo que fuimos, no lo que podemos ser
son las lágrimas de ayer, no las sonrisas de mañana.

Es él, que apenas y es ayer
eres tú, que eres más ayer que él
soy yo, que soy aún más ayer que ambos.

Es haberte idealizado, no conocer tu nueva realidad
es chocarme con un tú nuevo, y no con el del pasado
son mis miedos, a que aún le quiera a él, a que aún te quiera a ti.

Soy yo, que aún soy él y aún soy tú.

Seré breve...

Ya encontrará a alguien que le merezca,
que alcance a ser todo lo que yo no pude
Alguien que esté a su altura,
a la de sus expectativas de príncipe azul
A quien sus ojos no puedan dejar de mirar,
por quien su corazón no pueda latir con tranquilidad
Ya encontrará a alguien que sea todo lo que yo quise
y no pude ser en su vida.

Como duele

Como duele recordar el único abrazo que pude darle, en un paraíso de árboles centenarios y asfalto mojado, de una luz vestida de rojo espera mientras él iba vestido de belleza extrema.

Un beso en la mejilla y otro en el adiós, de esos que no se saben, pero se sienten y te hacen aprovechar el momento, que tus sueños saben que será el último y por eso quieren violar la suerte de tenerle tan cerca un único instante, y se arrojan pese a la vergüenza y pese al suicidio que significa.

Como duele haber querido ser parte de tan exquisita ópera siendo apenas un mundano plebeyo. ¡Como duele!

Asqueroso per se

Y entonces pude vomitar mi existencia, los sueños que tanto mal le hacían al pecho, esos que me habían empalagado por tanto tiempo. Yacían allí, regados por el piso, desagradables y encantadores a la vez, como él. Mirarlos era como contemplar lo absurdo de la vida, pero de lo que todos queremos llenar el estómago del alma.

¿Cómo puedo simplemente sentarme y contemplar tal desastre?, me pregunto una y otra vez sin concentrarme en la verdadera pregunta que debo hacerme: ¿cómo pude haber dejado que esto vuelva a suceder? Y es que sabía bien lo que sucedería, y sin embargo decidí atiborrarme de sus encantos de poeta con nombre de ópera, de su bien condimentado humor negro, de su cabello enmarañado, de sus labios gruesos, de sus ojos tristes… ¡ah, sus ojos tristes!, los más bellos del mundo…

El tiempo de latir

El tiempo ha sido tuyo, la búsqueda acabó
entrego mis silencios, los miedos del querer
me muestro sin las armas, con todo que perder.

No encuentro mi dolor, la sombra del ayer
la busco, se ha quedado
murió, no volvió a ser.

Entiendo ha sido el viento, un trino, estás aquí
te quiero, así lo siento
la red del sufrimiento me hizo para ti.

Y encuentro en nuestras noches las ganas de seguir
la vida, las canciones, el tiempo de latir.


De silencios tiene el alma

De silencios tiene el alma, y de poesía la mirada
de espirales sus cabellos, y de noche sus verdades
tiene el don de la locura y el hechizo del bolero
la venganza de lo eterno y el compás de mis latidos.

Es de manos prodigiosas aunque aún no han sido mías
entre ellas se entretejen finos hilos de otras rimas
en su risa siempre habita la pasión del nuevo día
en el centro de sus tardes quiero amarle sin más miedos.

Es su nombre arte mismo, una ópera de antaño
pero es su alma la que amo, luna llena de mis noches
Si me asusta se lo escondo, lo perfecto no es mi fuerte
si le quiero es más que cierto, es remanso de mi mundo.

Antología (aclaración)

No, no es la canción de Shakira, simplemente una aclaración sobre los varios poemas que se vienen. Estaban almacenados en un cuaderno desde hace casi un año, sin ver la luz más que cuando lo habría para escribir algo nuevo, o recordar lo que sentí para darle un poco de sentido a como todo terminó.

Son pequeños versos de dos historias diferentes, aunque ligadas entre sí. La primera sobre un poeta con nombre de ópera, que me hizo escuchar nuevamente los latidos que creía ya no tener, que me enseñó muchas cosas bellas y también tristes, entre otras, que no soy príncipe azul.

La segunda, ligada a la primera por obvias razones, porque necesitaba olvidarme del fracaso de hombre que pude ser. Sin embargo esa historia es un poco más compleja, venía de atrás, de las sombras del pasado, de una historia que nunca acabó. Él, con las cuatro letras de su nombre y su sonrisa que todo me podía, fue quien me enseñó otras tantas cosas que se le olvidaron años atrás y que el poeta pasó por alto, entre otras, a que lo máximo que puedo ser es una historia de paso.

No, no es autocompasión, es aprender de una vez por todas que debo ir entendiendo la historia de mi vida como es, preparándome para lo que será y dejar de lado que no podrá ser. Es saber aceptar la derrota.

Miedo, vergüenza, dolor; aún no sé bien la razón por las que nunca publiqué estos poemas en su respectivo espacio y tiempo. Sin embargo hoy están aquí, queriendo ser medicina para el dolor, como si compartiéndolas con el mundo dejaran de pesar sobre mis hombros. Veremos como resulta.