domingo, 11 de diciembre de 2011

Lo poco que tengo desde ti

Faltan los versos que adornarían esta poesía
Se quedaron en tu bolsillo
Faltan los recuerdos que inspirarían cada estrofa
Se quemaron en el único beso
Se perdió aquella esperanza que hacía latir el corazón
Se rompió con poco más de una canción.

Y es que por ahora solo tengo
Esa tristeza que empieza en el corazón y viaja sobre la piel, dejándola sensible
Lágrimas que sostengo en las pupilas para no llorar algo que no fue, y que no será
Una sonrisa que guardo en el fondo de la memoria, esperando volver a salir un día
Un respirar que se corta con cada recuerdo, que parece disminuir de a poco
El corazón dejando de latir, casi sin que me dé cuenta, ya casi sin sueños.

Falta el coraje que necesitaría para decirte que aún te amo
Lo olvidé en el resquicio del adiós
Perdí  el silencio que ayudaría al alma a calmarse cada noche
Se ahogó entre las canciones para olvidar
Corté mis alas, aquellas que me ayudarían a volar lejos de ti
Se las doné a alguien con las ganas de vivir.

Y es que por ahora solo tengo
Un frío inmenso, causado por el vacío de que dejaste hace un par de años
La frase de amor falsa que leo queriendo creer que algún día fue de verdad
Una mirada que muero por volver a sentir sobre la mía una vez más
Tu nueva vida, tan lejos de mi corta historia, que dudas si fue verdad
Tengo mis manos para escribir lo poco que tengo desde ti.

martes, 4 de octubre de 2011

Fui

Del tiempo yo fui segundo
de esos que casi ni los notas
que forman parte de lo eterno
pero son en realidad parte de la nada.

Del cielo yo fui ave
de esa que vuela en busca del destino
que bate sus alas buscando nido
y se quedó en el aire sin tu latido.

Del fuego yo fui aquel leño
que nace de un árbol caído
que ardió de vida entre tus pasiones
y murió de celos tras tu partida.

De música fui solo acorde
de nota fui solo olvido
que sola no hace melodía
apenas y te hace ruido.

De ti yo no fui nada
o al menos eso dijiste
fui sombra cuando fui luz de luna
fui quebranto en el desvarío.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Melancolía

Yo sé que amarte aún es loco
pues tiempo es lo que menos hubo
y sé que te importa muy poco
que el tiempo es lo que nunca estuvo.

Un día bastó bajo aquel cielo
para quererte en este, mi silencio
vivir para un eterno duelo
en que tu sombra yo presencio.

Murió en ti eso que no sentiste
a pocas horas de abrazarme
colgando en mí una estrofa triste
matándome antes de lanzarme.

Melancolía, ese es tu nombre
y tus brillantes ojos son letales armas
destruyen a este exiguo hombre
que sin saberlo, al llamar, tú rearmas.

Muriendo por decisión propia
volviendo el arcoíris en un claroscuro
perdiéndome en una vida inopia
llorando frente a un infranqueable muro.



jueves, 25 de agosto de 2011

Sueño y Realidad

Es hora de dormir, se dijo finalmente tras horas de haber escuchado su playlist favorito y el constante tip-tap de las gotas que aún caían dese el tejado hacia el jardín al que daba su ventana. Había llovido toda la tarde; si, una de esas tardes en las que te quedas atorado en casa, acompañado del frío, la computadora que cambia de una red social a otra sin sentido, y los recuerdos, sus recuerdos. Ya sé, dirán que podía usar su mente en algo productivo como hacer deberes, pero, ¿quién rayos hace deberes con una tarde así?, bueno, al menos no hasta bien entrada la noche, cuando te das cuenta que toda tu carrera está en riesgo.

Tras haberse acostumbrado a la baja temperatura durante la pertinaz lluvia que cubrió la ciudad en un manto gris y helado, el espeso cobertor sobre la cama no se veía tan abrigado como otras noches, sin embargo se cubrió con él, dispuesto a descansar. ¿Descansar?, eso no sucede cuando pasaste horas llenando tu cabeza de recuerdos que iban y venían, y que al final del día parecían juntarse todos en una amarga sopa que lleva el nombre de tu ex. Entonces las vueltas de un lado a otro de la cama comenzaron, tratando de poner la mente en blanco, contando ovejas que por cierto, resulta que no sirve para nada, apretando fuerte los párpados para acallar las imágenes constantes de su silueta, de sus labios y su cabello.

No supo bien en qué momento concilió el sueño, pero estaba seguro que fueron horas después de haber tocado la almohada por primera vez, sin embargo los recuerdos no pararon. Sueños los llama la gente, él prefiere creer que son recuerdos de lo que nunca pasó; aunque esta vez fueron recuerdos de lo sucedido, de ese capítulo que al vivirlo mató una parte de sí. Oyó sus pasos tras de él, seguros como siempre, y ruidosos, tan ruidosos que era difícil aguantar las ganas de voltear a mirar, y cuando lo hizo estaba allí, de pie como en el pasado, su corazón latía fuerte y hasta creo que lanzó un suspiro, tal como esa mañana en la que lo que él consideraba un sueño se convirtió en un ácido capítulo de una historia dulce. De pronto ella explotó, río y no pudo recordar más de ese sueño, o de ningún otro esa noche, finalmente pudo descansar.

Pues verán, para que entiendan su sueño creo que debo contarles la historia verdadera, la que dolió un instante pero dejó secuelas, su versión de un ataque al corazón, al menos mientras no tenga uno de verdad.

Se querían mucho, salían siempre que podían, o mejor dicho, cuando los profesores de la universidad no le dejaban mucha tarea –lo cual era algo muy raro, como muchos sabrán. Paseaban por la ciudad en busca de materiales para su próximo proyecto, mientras ella hacía bromas por todo, es que hay que aceptarlo, si no estudias arquitectura varios nombres pueden resultar bastante graciosos. ¿Felices?, sí, creo que lo eran en medio de todo, ya saben, no hay relación perfecta.

¿No les ha pasado que recuerdan un diálogo que tuvieron con todo detalle?. Pues a él no, entonces solo resumiré lo que recuerda de esa mañana. Se reunieron como siempre, o al menos eso creía él, rieron un rato mientras paseaban por un centro comercial de la ciudad, sí, todos tenemos esos planes con nuestras novias, y ellas parecen disfrutarlo infinitamente mientras tú no entiendes cuál es el punto de ver una tira de vitrinas con gente muy blanca, rígida y para colmo descabezada usando casi nada de ropa que además es carísima; pero bueno, todo sea por pasar un rato con ellas, ¿no?.

Para variar un poco el clima de la ciudad cambió de repente, de una espléndida mañana tibia con algo de sol se transformó de pronto en una gris que prometía empapar a más de un transeúnte poco precavido que no llevara paraguas. Y así, tal cual pasó con el clima, algo cambió de repente en ella, como si estuviese sincronizada con la lluvia. Claro, ya todos a esta altura de la historia deben imaginarse lo que pasaría, ¿pero creerán que él no lo veía venir?. Sí, todo terminó esa mañana, así de repente, fueron tantas excusas juntas que nunca supo cuál creer, así que tampoco perderé el tiempo contándoselas.

Lo que si les voy a contar es lo que supo después de un par de semanas. Todos odiamos cuando este tipo de noticias nos llegan tan tarde, resulta que quien se inventó aquella frase de “el amor es ciego” no podía estar más en lo cierto. Nunca lo vemos cuando estamos enamorados, pero una vez que terminamos, y alguna amiga de ella, que obviamente no es su amiga en realidad, se encarga de hacernos saber la verdad, no podemos creer como se nos pasaron tantos detalles, de pronto somos como niños armando un rompecabezas con emoción para admirar el resultado final, solo que el resultado final de su rompecabezas no le causó alegría, sino una tremenda ira conmigo mismo.

Cuando alguien a quien quisiste mucho jugó contigo en una carrera doble siempre resultarás perdedor, pero en este juego no solo que pierdes, sino que también te llevas un premio de consolación, y lo llamo premio sarcásticamente porque no encontraba una palabra para decir maldición, ¡ah sí!, eso mismo, te llevas una maldición de consolación. No puedes confiar fácilmente otra vez, te vuelves paranoico con lo que tu siguiente pareja hace, dice o siquiera imagina, y por último te quedas con un sentimiento de víctima que ni los niños más pobres de África podrían llegar a sentir.

Finalmente, cuando decides dejar atrás todo ese combo de malos sentimientos que te dejó un engaño, y quieres seguir adelante, resulta que las o los aprovechados que parecían lloverte cuando solo odiabas al mundo, maldecías al sexo opuesto, y si te arriesgabas a tener una relación otra vez esta fracasaba como pieza de música clásica en discoteca, ya no aparecen por ningún lado. Si, esa es la deliciosa ironía de la vida que siempre se ríe en nuestras caras.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la explicación de su sueño?. No es que me guste divagar, cosa que si es cierta, pero esta vez tenía un punto. Mi relato sobre esta experiencia de la vida de un amigo empezó algo más calmado y casi poético, pero se termina de una manera bastante jocosa. Es que eso es lo que su sueño representó, Lo que vivió al inicio fue un cuento de hadas moderno, muy elegante y placentero, con una bruja, o más bien un brujo, que arruinó todo a mitad de la historia, pero de la que finalmente puede reírse, como río en su sueño al ver a su ex novia explotar y finalmente poder dormir tranquilo.

¡Ah, la vida!, ¿qué otras historias nos tendrá preparadas para contar en los años venideros?

jueves, 28 de abril de 2011

Abril, tú otra vez...

Abril otra vez, las lluvias inundan esta ciudad una vez más
el frío corrompe mis recuerdos, los aviva, los inquieta
así trabaja abril en mí, trayéndote de vuelta a ti, de vuelta a mí
a ese único par de besos nuestros, a eso que nunca fui.

Abril otra vez, y acabo de entender que no te haz ido
que tanto te haz quedado y que poco me he marchado
así trabaja abril en mí, así me encuentra, así me usa
poniéndome delante de tu rostro para humillarme, para rendirme.

Abril otra vez, te trae de nuevo a donde nunca te haz ido
para abusar de mi paciencia y ultrajar mi llanto
así trabaja abril en mi, petando mi puerta, llamando a la tuya
dejándome en medio, abrazando tu alma, el recuerdo que no fue.

Tú otra vez, tú que nunca te haz ido y poco o nada me amaste
que jamás entendiste que a ti quedé atado, amordazado
así trabajas tú en mí, llamándome amigo, desconociendo mi llanto
buscando un destino, ignorándome en ese, tu camino hace dos años.