martes, 22 de abril de 2014

Carta al amor...

Querido Nicolás, siempre te recuerdo con cariño
con nuestros gustos tan parecidos y una historia turbulenta
con los vestigios de aquella primera vez que amé y me sentencié
marcando el tipo de hombre que en adelante sin saber siempre busqué.

Querido José, te quiero
te llamo por tu segundo nombre pues nunca me gustó el primero
el tiempo que te quise fue quizá el más puro de todos los que viví
en el que menos esperaba pero que más estaba dispuesto a dar
me alegra que a lo largo de los años hayamos logrado una amistad.


Querido Augusto, importante como tú solo
fuiste la primera persona que me hizo abochornar con un cumplido
que alcanzaste lugares del alma que nadie más alcanzó a tocar
pero éramos más jóvenes y teníamos el mundo por delante
no supimos luchar entonces, y de muchas formas nos arrepentimos.


Querido Juan Manuel, te abrazo en cada recuerdo
entraste en mi vida de aquel modo tan peculiar, sin hacérmelo saber
endulzaste ayer y para siempre cada detalle de mis imperfecciones
me hiciste sentir especial, pero no podía someterte al dolor que pasaba entonces
nos alejamos, nos reencontramos y nos volvimos a alejar, pero esta vez menos que antes.

Querido Antonio, tú fuiste vida
me enseñaste que si lo haces bien se puede ser eterno en el corazón
fuimos, dejamos, volvimos y ahora nos hemos perdido, todo en un lustro
armaste un castillo en el alma y allí te quedaste a vivir, olvidándote de mí
el asunto es que yo nunca te olvidaría, te convertiste en el más grande.

Querido Fausto, te amo
y aunque hablarnos, reírnos y pensarnos parecía suficiente
entiendo que no era el momento, la historia, y que no había razón
que no alcancé a ser tu príncipe azul, me acabé destiñendo
y espero alguna vez encontrarte de nuevo y abrazar tu amistad.

Querido amor, te detesto
y aunque sonreía en mi mundo todas estas veces, no te lo agradezco
te fuiste dejando un camino que ya no quiero recorrer, no así
entiendo las enseñanzas en los quebrantos, en tu amargura
pero no se puede, no se debe; ¿por qué?, aquí se lee.

Con cariño, pero no tanto como debería.
Héctor.

1 comentario:

Deja tu comentario sobre esta entrada: