domingo, 30 de noviembre de 2014

Antonio José y Mariana

Primera parte - Berruecos


Capítulo I - El valle del río Mayo

El camino se hacía más angosto, y el mariscal sentía que el tibio sol de la mañana no le calentaba ni la capa que llevaba encima, a pesar de su valiente historia militar sentía temor, algo de angustia y mucha ansiedad. Había librado batallas en Ayacucho y Tarqui, había triunfado en Pichincha y Mocha, había gobernado el Perú y Bolivia, pero esta vez era diferente, por primera vez buscaba su propia libertad y no la de alguien más.

Antonio José pasó su mano por el cabello y recordó como su suegra le decía cariñosamente "el sambo", ahora con más razón que nunca pues la humedad de la selva de Berruecos lo encrispaba sobre manera. Avanzaba sobre su caballo junto a la pendiente, divisando a lo lejos un camino mucho más seguro y amplio; seguro para muchos, pero no para él en ese momento.

martes, 25 de noviembre de 2014

No te extraño siempre

No te extraño siempre, no todos los días, pero cuando sucede me desarma un mundo que intento construir sin bases, sin sentido, sobre un abismo que solías llenar perfectamente. Soy de esos que te encuentran donde nunca has estado, en instantes que nunca vivimos pero que te pertenecían de todas maneras, de esos que se detienen en la esquina a esperar que el semáforo cambie de color y te piensa por un segundo antes de volver a la realidad.

No te extraño siempre, al menos no a todas horas, pero cuando sucede llegas para quedarte a compartir esa taza de té que siempre bebo cuando estoy enfermo, que compartía contigo mientras hablábamos horas interminables. Quizá me encuentro en demasiados viajes por la ciudad, esperando olvidar todo, y olvidando que en la soledad de la multitud el recuerdo se atraviesa en cada esquina, en cada mirada que echo por la ventana del autobús, en cada intento de alejarle de mí para siempre.