Le amo porque conozco sus manías, su lado gris y también sus miedos. Porque era tierno aunque quería ser duro, porque callaba cuando más tenía que decir, porque su constancia era ser inconstante.
Le amo porque me dejaba descubrir sus defectos, porque a veces se avergonzaba pero nunca conmigo, porque eran él y sus rincones oscuros, sus rincones oscuros y mi mano.
Le amo porque no todo eran charlas y bromas, ni virtudes y aciertos, sino también discusiones y a veces lágrimas, defectos y algunos errores. Le amo porque todo eso es el amor, y él me enseño a amar cada región de su alma.
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