La humedad de aquella costa
Que ennegrecía mi cabeza
Se perdió y le tomó la posta
El vecino valle de tu certeza
Un valle tibio y mesurado
Que me ocultaba tu sonrisa
Y que aún tiene censurado
El acceso a tus caricias
Un acceso que va a medias
Cada tarde en tus palabras
Y un dolor que tú remedias
En mis sueños entre alambras
Esos sueños que son tuyos
Y que esperan ser cumplidos
Tras un año en sus capullos
Aguardando en mis sentidos
Aguardando por tus labios
Y anhelando tu mirada
Descubriéndome en los cambios
De esta, mi alma enamorada
De mi alma que ahora es tuya
De este corazón que lleva tu nombre
Y de un deseo andino como la cabuya
De amar tu cielo y ser tu hombre
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